Al Mundial siguiente, que se disputó en Francia, el nazismo seguía al poder y la esvástica se reafirmaba con un tamaño mayor al modelo anterior. La historia de cada país atraviesa también al fútbol y el régimen Nazi dejó su marca incluso en la camiseta que vistió la Selección Alemana en 1934 dónde portaban un águila y la esvástica. Vistiendo la camiseta negra le ganó a Uruguay en cuartos, pero la blanca no le trajo la misma suerte ante Países Bajos en la semifinal.